A la entrada de un valle, en un desierto,
do nadie atravesaba, ni se vía,
vi que con extrañeza un can hacía
extremos de dolor con desconcierto;
agora suelta el llanto al cielo abierto,
ora va rastreando por la vía;
camina, vuelve, para, y todavía
quedaba desmayado como muerto.
Y fue que se apartó de su presencia
su amo, y no le hallaba; y esto siente;
mirad hasta do llega el mal de ausencia.
Movióme a compasión ver su accidente;
díjele, lastimado: "Ten paciencia,
que yo alcanzo razón, y estoy ausente".
do nadie atravesaba, ni se vía,
vi que con extrañeza un can hacía
extremos de dolor con desconcierto;
agora suelta el llanto al cielo abierto,
ora va rastreando por la vía;
camina, vuelve, para, y todavía
quedaba desmayado como muerto.
Y fue que se apartó de su presencia
su amo, y no le hallaba; y esto siente;
mirad hasta do llega el mal de ausencia.
Movióme a compasión ver su accidente;
díjele, lastimado: "Ten paciencia,
que yo alcanzo razón, y estoy ausente".
Autor: Garcilaso de la Vega
Garcilaso de la Vega, poeta y escritor del Siglo de Oro, considerado uno de los escritores de habla hispana más grandes de la historia, murió el 14 de octubre de 1536 en Niza (Francia).
Garcilaso de la Vega, poeta y escritor del Siglo de Oro, considerado uno de los escritores de habla hispana más grandes de la historia, murió el 14 de octubre de 1536 en Niza (Francia).
No hay comentarios:
Publicar un comentario