lunes, 21 de octubre de 2013

Me se quebró el amor...

No es mi caso, que yo sigo amando a mi esposa, a mis hijas; a dona; a los libros; al azahar; a ti, que me lees en silencio; y a ti, musa de los poetas del mes de abril. Y ellas a mí. Soy afortunado en amores...
 
Aclaro que no menciono a Dios, ni a la Princesa de Asturias en mis excesos amorosos porque apenas sé de ellos, tan siquiera lo suficiente para nombrarlos. Solo a María, la Magdalena, que tenía que haber ido arriba y no fue. Mi cabeza...
 
La que se quebró fue mi cabeza, no el amor. El amor no. De cuando en vez tengo que arreglármelas para salir de casa, silenciar la lengua y encontrar los conceptos más allá de las palabras. Y no puedo, no puedo ni peinar el cabello canoso que en parte me cubre la cabeza. Y eso que a veces por amor intento ser de apariencia normal. Pero como la cuerda que salta de una guitarra usada, fatigada y tensa, la palabra que es mi puente con todo lo que amo, mi instrumento, mi escudo, mi arma, mi placer infinito me abandona, se regaza en la marcha que sincronizada debiera simultanear con el que anda del brazo con mi mente, me confunde y pierdo la cabeza. Y las ideas que siguen fluyendo permanentemente de mi ser no cobran sentido al no encontrar el soporte necesario.
 
Aunque daría lo poco que tengo para que mi mente rota volviera a reconstruir sus pedazos, quede constancia que el precio que pago por querer ser y no poder, no me hace arrepentir por lo mucho que amo a quien amo.
 
Y gozo tanto escribiendo, que hasta que el poeta Ángel González me convoque y me ofrezca en sacrificio, felizmente en Les Seniaes, seguiré escribiendo. Amén.

4 comentarios:

  1. Un día pensé que tu eras el poeta Angel Gonzalez, me imagino. Eres afortunado al amar tanto... Tanto amor que das y poder escribirlo y disfrutar de Les Seniaes.



    Un abrazo de lunes.

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  2. Esa comparación es un pecado. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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  3. Y de esa mente rota salen historias, palabras, cuentos, poemas, que no canso de leer.

    Yo seguiré leyendo.

    Amén.

    Besu

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