sábado, 12 de octubre de 2013

Una musa donante de sangre

"Buenas madrugadas, vengo a donar sangre para un poeta que está interno aquí", dijo la musa de los poetas del mes de abril llegada al banco de sangre del hospital psiquiátrico de los poetas escasos de inspiración. Mientras el personal en la sala de espera se reían y decían burlones: "Las musas no donan sangre".
 
La enfermera responsable de la unidad de extracción de sangre reaccionó con escepticismo: "La verdad, se le ve poca cosa y son finas las venas, no sé". Segura de sus posibilidades, la musa de los poetas del mes de abril, esperó pacientemente a que la llamaran... Y la llamaron, le hicieron unas pruebas y las pasó. Desde ese momento era una musa donante de sangre; una rareza en el mundo del ingenio poético propio de los poetas sin inspiración.
  
Esta historia me la contaron, así que no puedo asegurar que sea verdad, pero es creencia popular que las musas no pueden donar sangre por ser deidades que, según la fábula, habitan en el Parnaso o en el Helicón y solo pueden proteger las ciencias y las artes liberales, especialmente la poesía. Pero no pueden insuflar poesía. Solo pueden inspirarla.

1 comentario:

  1. ¡Ahhhh las musas! Benditas sean las musas que inspiran a los poetas a dejar el alma en sus letras, donen sangre o no.

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