lunes, 7 de octubre de 2013

Ojos decidores

Ir al dentista sería genial si no fuera por el daño que te hace el condenado. ¡Joder, qué profesión!. Pero a veces, como quien no quiere la cosa, y la cosa es una mujer bella y su triste mirada y la tienes que querer porque sí, tienes que ir al dentista. Y nunca la espera se hace tan corta como en una clínica dental. ¡Si seré estúpido!, si de lo que quiero hablar es de una revista podía haber dicho una peluquería y no un clínica dental. En las dos hay revistas manoseadas de actualidad. (Ya me duelen las muelas, soy un caso). Mejor diré una peluquería, y era una revista de vivencias. Vivencias no, videntes. ¡Qué lunes!. Trataba de la fisiognomía (estudio del carácter a través del aspecto físico y, sobre todo, a través de la fisonomía del individuo). En particular de los ojos y la mirada. Lo analizaba tal que así, más o menos:
 
Los ojos pequeños pertenecen a gente inteligente y muy activa. Grandes, a gente inteligente y soñadora que no sabe qué hacer cuando tienen insomnio. Redondos, a gente lenta carente de vivacidad. Almendrados, a gente astuta capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. Hundidos, a gente con gran sentido crítico, aunque depresiva. Rasgados, a gente de poderosa personalidad que ofrecen una imagen misteriosa y reservada. Saltones, a gente curiosa con tendencia a enamorarse de buenas a primeras. Iris grande, a gente que expresan sus emociones. Iris pequeña, a gente que suelen ocultar sus sentimientos. Y de las miradas que las había tristes y alegres. Muchos ojos para tan pocas miradas.
  
Mucha fisiognomía para una revista manoseada de peluquería. ¿Y qué del color de los ojos? Y la ira, y la compasión, y la emoción, y la decepción, y el amor... Una mirada expresa un sentimiento y tiene su propio brillo y color. Miradas que matan y miradas que dan vida. ¿Cuándo los ojos dejaron de ser el espejo del alma?
  
Si un poeta escribe de una mirada enamorada, como unos párpados no vayan de urgencias en ayuda de sus ojos... Ojos negros azabache y de ellos su mirada: Ojos decidores.

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