viernes, 19 de abril de 2013

Un de soslayo dicótomo

Que de soslayo es dicótomo ya lo sabes, ¿verdad? Desde que nos conocemos y cuando por cualquier circunstancia dejabas caer sobre su estructura imprevisible lo que su capacidad de asombro le impedía digerir lo es... Hace tiempo de ello, pero lo es por ti: nunca antes de conocerte fue así; quizá no te hayas dado cuenta. Lo has reestructurado y ahora su estructura biológica tiene dos partes integradas pero opuestas; pudiera ser una fortuna para ti si no lo entendieras ni lo quisieras... Por cierto, ¿lo sigues queriendo a pesar de todo? Tengo escrito por ahí que no busques explicaciones lógicas ni tomes en consideración sus decires, porque su estructura psicológica tiene dos partes opuestas e irracionales. Eso sí, no dudes que es emocionalmente sincero y nada materialista, y creativo su subjetivo literario. Lo creas o no, y esto nunca te lo había dicho, de soslayo es la suma de los dos. Tú y yo. Dicótomo por ti, bipolar por mí.

Recuerdo cuando hacías lo imposible para entenderlo, me decías que a veces según lo leías te enojaba y te daban ganas de llamarme y pedirme explicaciones, pero confiable, esperabas al día siguiente a releerlo... Al día siguiente las cosas siempre se ven de otra manera. A de soslayo conviene leerlo dos veces, y nunca dejar de mirar entrelíneas y en los márgenes. Me gustaría que siguieras confiando en él, que hicieras lo posible por entender su trasformación, y sobre todo que lo quisiras como antes.

Todas las profesiones, oficios o quehaceres, tienen manifestaciones de este tipo: son dicotomías, divisiones de solo dos partes. Cuando dona vivía también tenía su parte racional, sin embargo, no era humana, ni se integró en la sociedad creativa de sus días por un problema bien serio que tenía con el sofá y sus ronquidos. Con mi viejo ordenador que nunca dejó de ordenarme vivimos momentos inolvidables. Y con tu inspiración.

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