"En el segundo intento, los pasos de hoy caminan acompañados de Sabina pero están cansados y se detienen pensativos".
Pareciera razonable si al tercer intento sus pasos no los acompañara el Sabina... Pero me temo que seguirá el Sabina acompañando sus pasos... A mí me gusta el Sabina, pero nunca lo llevaría para acompañar mis pasos. Yo llevaría a una amiga que me cantara alegrías. O simplemente una cara alegre. A una amiga la presumo triste y no sé qué puedo hacer para animarla. No digo ayudarla, digo animarla. Daría lo que no tengo por arrancarle una sonrisa de soslayo. La vida si la dejas abusa de ti, te deprime, te maldice si ve tus pasos cansados y pensativos...
Hoy mi esposa me dijo que si íbamos a Valencia... Yo odio la gran ciudad: ¡Señor, sí Señor!. Y a mí también me acompaño el Sabina... Y por Valencia dando vueltas para aparcar... "Aparcar en Valencia es fácil", dice mi esposa.
-Allí: ¿qué te decía yo?
-Efectivamente, allí...
Luego fuimos de un lado a otro por la ciudad: el día animaba a ello. Pero ése no era el plan. El plan era meterme en una gran superficie y morirme contigo si me matas... Pues visto lo visto, alabado sea Cristo. ¡Vayámonos!. Y nos fuimos yendo hacia el coche ¿y dónde está el coche? Según la pegatina en la guardería municipal... La multa, la grúa, el estacionamiento, el iva... Una gracia. Debería guardar las formas y no crear motivos para más indignación... (mi esposa está presente).
Con poco nos conocemos, mi amiga. Nuestros pasos están destinados a caminar junto al Sabina, cada cual con sus razones... En fin, con lágrimas en los ojos hablo sobre mi desdicha y nadie me consuela... A pesar de ello insisto, pero nadie me consuela. Pues aquí lo dejo por hoy, y como siempre que no entiendo el porqué de las cosas que me ocurren, me adentro en Les Seniaes y grito... grito y grito. (Ojalá María, la Magdalena, me acompañe esta noche en mis sueños para disfrutar de sus caricias de santa poesía).
Si no me acompaña Sabina muero al primer intento como lo hice en el segundo. Ni hablar del tercer paso, estoy tirada en mi sillón con Sabina diciendo " ...y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres..." no puedo echar a andar mis pasos y en loco afán de distraerme para no pensar me encuentro con sus lagrimas hablando sobre su desdicha y no se como consolarlo. Ojalá La Magdalena lo consuele con esas caricias que hacen a los hombres olvidar sus tristezas, mientras sigo escuchando al Sabina necio "...
ResponderEliminarPorque el amor cuando no muere mata..."
Ese comentario suyo me dio un poco de aire, ese que necesitaba para echar a andar - otra vez- mis pasos.
Mañana te contaré con pelos y señales quién es el Sabina... Don Joaquín Sabina poeta. Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud
Hoy hubo "suerte" conteste tu comentario.
ResponderEliminar:)
Mañana... Falta tanto.
Apenas... Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud