A las cuatro de la mañana un domingo de resaca, las palabras se llenan de puntos suspensivos... Cualquier cosa original, antes de escribirla, mis palabras comienzan a segregar infinitos puntos suspensivos hasta que, enredado en una maraña sin nombre, termino por rendirme a la evidencia: un domingo de resaca me niega toda posibilidad de escribir siquiera un tímido susurro, un sonido discreto, unas simples palabras coordinadas. Un domingo de resaca me niega el placer de escribir. Vuelvo al sobre.
A las siete de la mañana un domingo cualquiera no tiene nada que ver, y la resaca tampoco. Quizás una acción de ayer... aunque es hoy y no es ayer... Cada vez que creía alcanzar una inobjetable conjetura unos puntos suspensivos la dejaban en el aire, y ante el cuestionamiento general de mí incapacidad, partía de punto en punto alejándome despacio de la posibilidad de escribir. Nada existía en la noche que no fueran puntos suspensivos.
Entonces, a las ocho de la mañana se hizo la luz y viene la queja y el reproche de un universo crédulo y resuelto que me niega a aceptar por descreído el secular cortejo de mis indecisas palabras... y alego credos a Dios y la María para exigirles que diluyan los puntos suspensivos de mis palabras para escribir: quiero escribir, porque hoy tengo un sentimiento herido; un sentimiento de culpa que escribir... El perdón de los pecados que pedir... Un de soslayo a traición ayer propició que un amigo se enzarzara con otro por una sentencia no escrita... A un amigo hoy lo veré y le pediré perdón... Lo iré a buscar y le pediré perdón. Fue una cabronada contra la amistad. Fue asunto doloso, que aún sabiendo que se iban a enzarzar provoque... Merezco su desprecio y los puntos suspensivos en mi escribir de hoy negado por un sentimiento de culpa. A un amigo... Che, Paco, perdona, le diré.
Si es tu amigo no habrá nada que perdonar, punto final digo yo.
ResponderEliminarEso sería lo natural entre amigos... pero Paco dijo no. Muchas gracias. Beso.
EliminarSalud
Estas perdonado, pero tiene razón la Malquerida, soy tu amigo y no es tan grave la situación, prepárate para el lunes, que el caldero grande esta preparado, y creo que el lunes, nuestro majar trata de pescado. Salud
ResponderEliminarPD. Tendré que traer mas mermelada de naranja ecológica, pues fue un éxito, que una vez mas demuestra que en la actualidad nos llevan por mal camino. Tantas cosas que teníamos y nos las están quitando y solo con echar un poco la vista atrás o acordarnos de lo que nos hacían nuestros padres o abuelos es mucho mejor que la mayoría de cosas que tenemos hoy en día.
Por cierto, ¿Qué tal las albóndigas de bacalao?
Pues a mí me gustan las hamburguesas de ternera que relinchan con sabor a pollo de corral.
ResponderEliminarLuego de la decepción llega el perdón... de la tempestad la calma... ¿y el amor propio, el orgullo y todo lo demás que nos identifica con este país pobre por definición? No, Paco, hoy no es lunes de perdón, hoy, el ofendido soy yo, así que mucho me tendrás que hacer la pelota... No digo más.
Les mandonguilles d´abaecho, geniales, gracias. Las gracias a tu madre, claro.
Salud