Por tus ojos encendidos
y lo mal puesto de un broche,
pensé que estuviste anoche
jugando a juegos prohibidos.
Te odié por vil y alevosa:
Te odié con odio de muerte:
Náusea me daba de verte
tan villana y tan hermosa.
Y por la esquela que vi,
sin saber cómo ni cuándo,
sé que estuviste llorando
toda la noche por mí.
Autor: José Martí
¿Por qué no nos exigimos una simple rendición de cuentas? ¿Por qué no alzamos la voz para despertar una justicia ciega con ese destructivo amanecer que se alzó con nuestro amor? ¿Qué nos paraliza? ¿Qué nos sucedió? ¿Qué no hicimos?
Porque sabemos que no hay justicia.
ResponderEliminarPero hay amor... Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud