sábado, 20 de abril de 2013

Amor con desamor se paga

Un sábado de los fieles difuntos, y por un motivo semejante al abandono, tomé la decisión de ir en busca por caminos nuevos del porvenir que nunca llega, y de repente apareció ante mí un GPS con las rutas marcadas que debía seguir para ir haciendo camino por un mundo verdadero. ¿Un mundo verdadero? me pregunté, ¿y a mí qué me interesa un mundo verdadero? Sin embargo, me fié del GPS y busqué nuevos caminos y, en un recodo pedregoso sentí la necesidad de experimentar la alegría y no aparecieron las risas. De estremecerme en la ternura, y no aparecieron las caricias. Quise de nuevo vivir la inocencia, y no encontré mi juventud. Creí posible erradicar las desavenencias, y aparecieron las guerras. Y para que no me quedaran dudas, busque el amor de quien amé y apareció de nuevo un motivo semejante al abandono... Amor con desamor se paga. Entonces programé el GPS para encontrar un lugar discreto donde esconder mis mayores decepciones y aparecieron las desgracias y el hambre en la tierra. Y por un momento me sentí amarrado a un destino cercano al abismo, y pensé que mediante la imaginación alcanzaría un mundo mejor y me deshice del GPS, pero enseguida aparecieron mis miedos... En ocasiones me hago daño al querer alcanzar lo que más deseo, y no pienso en algo material, sino en la justicia, la solidaridad, la amistad... Pienso en una sociedad más humana: es imposible vivir en un mundo con tanta desigualdad.

Es de justicia que todos y todas debemos aspirar a una calidad de vida razonable. Pero hemos convertido nuestra existencia en una actividad febril por riquezas y alabanzas. La ambición, como estilo de vida: uno de los más graves impedimentos para lograr la felicidad que puede llegar a empobrecer los sentimientos del corazón. Esa ambición que tiene connotaciones demasiado ambiguas. A alguien ambicioso le es imposible agradecer un elogio sin desconfiar. Esa desconfianza se debe a una cultura que impone valores que determinan lo que no se es, y no es aceptable en asuntos de convivencia sana, de ahí ciertos comportamientos antisociales.

Un sábado de los fieles difuntos, a pesar del abandono, mejor no me muevo, mejor no busco caminos nuevos. Mejor me quedo en mi mundo hasta que se diluya el recuerdo de mi existencia. Me quedo en mi mundo de ficción con un de soslayo necesario para alcanzar mis sueños. Es el poder de la ficción narrativa lo único que tengo a mi alcance para intentar ser feliz (y adoro ese poder venga de un dios o de un diablo), para experimentar vivencias exclusivas. Rechazo la opción de vivir en un mundo verdadero o real, de enlazar mis pensamientos con otros, de manifestar mis creencias a otras. Rechazo emitir órdenes a mi mente con el fin de ponerme en armonía conmigo mismo y así proceder a la acción de sincronizar mis sentimientos con los de otras personas. No quiero sufrir más agravios, más decepciones. No quiero morir de éxitos ni de fracasos. Simplemente quiero vivir en paz.

Por eso, y a más el olvido, no me interesa aclarar mis ideas ni que organicen mi vida pastillitas de colores; no me interesa entregar mis sentimientos más exclusivos al abandono. No volveré a fiarme de nadie. No volveré a amar por amor... He de tener la cabeza fría ante situaciones que se me presenten con la cara de ir a misa los domingos. Tengo que estar seguro a quién doy el mejor de mis abrazos y guardarme una mano mientras estrecho la otra... Este mundo traicionero no responde a mis intereses de existir y honrar la vida. (El problema no es el abandono, es la inapelable tentación de tu cuerpo... Y el Sabina canta: "Así estoy yo, así estoy yo, sin ti").

2 comentarios:

  1. Habla hoy duro y conciso. No fiarse de nadie lleva también a la soledad que mirandola bien no es tan mala - según yo- pero que a veces duele.

    Si no esta seguro de alguien mejor no le de l mano ni lo abrace que vale mas la sinceridad que aumentar la hipocrecia en el mundo.

    ..." mas triste que un torero, al otro lado del telón de acero..."

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  2. Triste sí, decepecionado también. Pero no importa, los sábados ya se sabe... Muchas gracias. Beso.

    Salud

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