viernes, 21 de diciembre de 2012

Los mayas no son de fiar, como algunos viernes

De lo que se trata es de saber si hoy se va acabar el mundo o no. Si la Tierra explosionará o desaparece sin más; si los mares cubrirán la tierra y, sobre todo, si cesará la palabra y con ella la raza humana. Es importante. Lo que si sabemos de fijo es acabó el otoño. Y también que hace un día espléndido de invierno.

Yo no soy persona de mucho creer en todo lo que se supone que será o no. Que tal vez quizá o ya se verá. Hipótesis. Ni tampoco de decir siempre la verdad. Ni escuchar siquiera. Pienso que bien podría ser descendiente de los mayas, al parecer ellos tampoco dejaron nada escrito. Entonces ¿por qué anda la gente de aquella manera? ¿Quién dijo que hoy se acabaría el mundo, Rappel? Ganas de perder el tiempo... Como si no tuviéramos otras cosas más importantes en qué pensar. Y no hablo de política, sino de los informativos. Como tienen un tiempo asignado, no les queda tiempo para pronosticar el tiempo, o sea, no sabemos qué tiempo hará mañana, o toda la semana, como cuando Mariano Medina se jugaba el bigote y lo perdía. O si habrá mañana, que aún es medio día. Solo recortes, y desgracias, y penas, y suicidios, y masacres en las escuelas, y en las guerras. Y fúrtbol, eso sí. Que si se mira objetivamente esto es lo más parecido al fin del mundo. ¿Y si ya estuviéramos muertos y nadie nos lo dijo? Los médicos y los jueces llevan semanas en la calle, así que bien pudiéramos estar muertos y por falta de un forense que lo diga y un juez que levante el cadáver estamos perdiendo el tiempo en la cama, o en la calle, o yo qué sé dónde, pero muertos. Luego vienen las prisas. Usted para el Cielo. Usted para el infierno. A usted le falta pagar la tasa de admisión, que aquí se sigue reservando el derecho de admisión, así que vaya por donde vino y en el cruce, gire a la derecha camino del purgatorio, no tiene pérdida, y páguela o no podrá entrar en el Reino de los Cielos.

La cosa no está clara. Esto es más una historia fatalista de falsos astrólogos o enajenados creyentes que anuncian la mayor catástrofe del planeta sin verificar. El fin del mundo, el mito de la destrucción. ¡Qué estupidez!.

4 comentarios:

  1. Lo que les costo a nuestros antepasados y lo que nos esta costando en estos momentos a todos mantenernos vivos y que se diga que hoy es el fin de todo esto. Con las ganas de vivir que tengo, no se cuanto tiempo podré vivir poco o mucho, pero la felicidad de la familia, los amigos, las gentes que te aprecian, las cenas de verano y tantas cosas mas que tiene esta vida sin vivida, que la mayoría no conocemos, por que vivimos una vida muy superficial con tanta influencia mediática y tanto “wasaps” o como se llame, que las cosas realmente importantes casi nos pasan desapercibidas, y buscamos la felicidad en sitios que ni la conocen y la felicidad puede estar en una simple cazuela de bacalao, en una simple botella de sidra o en poleo. Solo desearte lo mejor para estos días y que la felicidad, pero la felicidad de la buena te rodee en estos días y en muchos más. Salud

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  2. Te haré caso, voy a procurar meditar sobre lo que deseo crear para lo que me queda de vida: Paz, Amor, Salud... intentando evitar cualquier atisbo de tristeza que pueda albergar en mis adentros. En fin, pidiendo a Rajoy que me perdone y me permita ser feliz, y no existe otra manera que lo sea el pueblo. Que la Luz de Dios lo ilumine.

    Mucha felicidad para ti y los tuyos, y que la palabra te acompañe. Felices fiestas.

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  3. Aunque no hayan acertado...ha merecido la pena poder reflexionar sobre el tema !


    mark de Zabaleta

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  4. Cierto, sobretodo considerando los tiempos que corren...

    Salud

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