viernes, 18 de mayo de 2012
Un viernes de poco fiar
De cómo sobrevivir a un viernes de consejo de ministros: 1) Por la mañana salga a tomar aire fresco sin mirar a nadie que no sea una joven con la cara más alegre (los viejos damos pena); 2) De vuelta a casa, escuche música clásica, de Bach a ser posible; 3) Llegada la hora de almorzar, mastique lento y no se le ocurra encender el televisor; 4) Comparta la sobremesa con la familia y un café sin dejarles tocar "el asunto"; 5) Duerma la siesta sin prisas; 6) Dedique el resto del día a leer (nada de ensayo político). Después, y apenas sin darse cuenta, será sábado, otro día, a pesar de que aún será de noche. Pero será sábado, no se engañe. Eso sí, las consecuencias del consejo de ministros no las podrá evitar. (Otro día ya veremos qué hacemos con este asunto de evitar los viernes, con la democracia a golpe de decreto, quiero decir).
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