Da pena y enfado ver a Esperanza Aguirre, enaltecedora de lo peor si hablamos de la convivencia cívica, generadora de malas intenciones, manipuladora de los sentires de una afición futbolística y un partido de fúrbol que le viene como anillo al dedo para desviar la atención ciudadana de sus descuidos contables de 2.000 millones de euros. Da pena y enfado ver a Esperanza Aguirre, mantenerse en sus trece hasta el punto de que el ex-gobernador civil de Asturias en tiempos de Franco y actual ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, tener que salir en su defensa como buenamente puede en aras de la buena marcha del negocio que es de todos ellos. Da pena y enfado ver a Esperanza Aguirre... en fin, iré directo al grano: que Rajoy impida ese comportamiento indigno que son mentiras y son desmentidos a las dos semanas, como con el horario de veinte horas de los maestros madrileños cuando ya el daño estaba hecho.
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