"La gratitud no solo es la más grande de las virtudes, sino que engendra a todas las demás". Marco Tulio Cicerón.
Te echo de menos porque me faltan tus ejemplos, tu entrega, tu fe. Y me sobran ingratitudes. Tú bien sabías que las cosas "para ser posibles no tienen que ser probables", como improbables eran tus sueños... Mira sino cómo te ha salido la jugada. Mal que nos pese, a paso lento, arrastrando penas, padeciendo olvidos, soportando silencios, celebrando decepciones... Pero es cierto, no solo tú ibas por mal camino... Y nos seguimos yendo, aunque la impunidad siga siendo una fiesta y la dignidad se nos vaya de las manos. Tú que me regalaste la confianza y la utopía, ahora que tus esperanzas de loca trinitaria son asuntos del pasado, más te echo de menos. Me enseñaste a creer en tus sueños, en una mañana de besos y bendito amor. Y tú que me invitaste a creer en un futuro de amor; tú que lo eras todo para mí, ahora te inventas una mala excusa para morirte. Pues te digo que, con Dios a tu lado, la María y yo vamos para allá. (Algo parecido a esto debe ser la gloria. La bendita gloria).
No hay comentarios:
Publicar un comentario