Mirando de soslayo a una madre recuerdo a otra. La mía: Mi madre.
La importancia de una madre en la vida de un hijo es fundamental si se habla de educación, de valores. Lo didáctico. Hablo de amor. Amor de madre. Lo que un hijo necesita, especialmente en los primeros años de su vida, es simplemente una madre.
Mi madre.
Me enseñó a apreciar el trabajo bien hecho: "Si os vais a matar (se refería a mi hermano y a mí) hacerlo en la calle. Acabo de limpiar".
Me enseñó lo que es la envidia: "En este mundo hay millones de niños que les gustaría tener una madre tan maravillosa como la tuya".
Me enseñó el ciclo de la vida: "A mí no me vengas con esas, que yo te traje a este mundo y te puedo sacar de él".
Me enseñó alternativas a la política: "Para que te mate Franco mejor te mato yo. Así que estudia".
Me enseñó alternativas a la política: "Para que te mate Franco mejor te mato yo. Así que estudia".
Me enseñó a tener fuerza de voluntad: "Te vas a quedar ahí sentado hasta que acabes los deberes".
Me enseñó odontología: "Si vuelves a contestarme así, te pego los dientes en la pared".
Me enseñó economía: "Si quieres comer todos los días aprende a gastar bien lo que tienes. Es lo que hay".
Me enseñó religión: "Reza para que aparezca la llave".
Me enseñó a creer en los milagros: "Cierra la boca y come".
Me enseñó lógica: "Porque yo lo digo y punto".
Me enseñó ironía: "Sigue llorando y verás como te doy una razón para llorar".
Me enseñó contorsión: "Mira la suciedad que tienes en la nuca".
Me enseñó meteorología: "Parece que un huracán paso por tu habitación".
Me enseñó psicología: "Deja de actuar como tu padre".
Me enseñó ventriloquia: "No refunfuñes, cállate y dime por qué lo hiciste"
Me enseñó a ser ahorrativo: "Guarda las lágrimas para cuando yo muera".
A mi madre muerta.
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