Se debe admitir porque sí que hay personas difíciles de querer. Son personas cuyas acciones, palabras o actitudes hacen que nos resulte difícil entregarnos a ellas. Y reaccionamos negativamente porque interpretamos por su forma de ser que no son de fiar. Sin embargo, nadie sabe las motivaciones que hay detrás de esas personas para que obren de mala fe, por decir. A veces ni siquiera ellas mismas lo saben. Hay personas que pueden detectar un comportamiento tóxico y cortar de raíz una relación antes de que llegue a consolidarse. Aunque tengo la impresión que son los menos. La mayoría nos dejamos embaucar ignorando las señales de peligro hasta que están dentro de nosotros y las opciones tanto de quedarse como de irse son las mismas, y se pueden llegar a convertir en una verdadera tortura (tengo ejemplos). Sería admirable si de manera espontánea y natural, pudiéramos confiar sin reparos a la vez que estimar, apreciar, querer, a cualquier persona que se nos cruzara por el camino. Hablo de amistad. De esa amistad ligada al apego que nos hace sentir que la persona es "nuestra" sin conocerla; que nos lleva a sentir que no hay "peligro" ni diferencia, que somos iguales. Alguien como Paco que apenas conocía y casualmente ayer compartí unas palabras apresuradas con él. Que me disculpe la RAE si quiere por tanta redundancia, o mi pueblo, que es vecino. Paco es de esas personas que delatan la amistad a primera vista sin ningún género de dudas. Si un día se encontraran con él, sepan que es persona de fiar, basta mirarle a los ojos: no hay fraude en su mirada.
Sin Dios, ideologías, amores, utopías, sin un Paco amigo qué sería de nosotros. Sin nada de eso, sí que seríamos pobres de verdad, tanto que, por no tener, no tendríamos ni esperanza.
Paco: gracias por esa franca mirada. Y disculpa la intromisión, pero no estoy acostumbrado a gente como tú. Solo pretendo que se sepa.
Paco: gracias por esa franca mirada. Y disculpa la intromisión, pero no estoy acostumbrado a gente como tú. Solo pretendo que se sepa.
Yo desde hace un tiempo, que seguía tus escrituras (perdona que te hable de tu), se lo que hay detrás de cada una de ellas o creo que las comprendo, pero nunca esperaba que llegaría el día en que la persona afortunada fuese yo. No me importa como me llamen, unos me llaman Paco, otros Francisco incluso otros Fran.
ResponderEliminarMuchas veces recordando cosas ocurridas en esta vida tan fantástica, me viene a la memoria algunas partidas que “truc” celebradas en la “creu”, donde hacías pareja con Ernesto, el siempre cuando llegaba a casa comentaba lo bien que lo había pasado.
Otra cosa que tengo mucho que agradecer, es el gran apoyo que mi hija a encontrado en Patri “Patricia”, ya no respecto a los estudios si no como amiga y como persona, eso dice mucho de la base que lleva una persona, solo puedo deciros gracias.