Sociedad en estado de extinción

Un pesimista no es más que un optimista aterrizado en el fango de los hechos. Triste drama el que vive nuestra sociedad.

Este país está evolucionando hacia una realidad desesperanzadora y nos hace vivir en permanente pesimismo. Y los más débiles son los peor parados. Yo no tengo capacidad para procesar tanta depreciación de país. Unos recortes sin precedentes "vendidos" con la máscara de Alejandro Dumas. Se niegan unos a otros. No saben: hay más letra pequeña que grande en sus propuestas. Es un verdadero caos que no dignifica la vida. Somos ciudadanos descatalogados que vivimos en condiciones de pobreza. No hay trabajo y nos suben todo. Hasta por quedarnos a cuidar a un enfermo en el hospital tenemos que pagar. Subida de impuestos, eléctricas, gasolinas, y recortes y más recortes. Es un estado de ánimo pesimista el que vivimos. Estamos desprotegidos. Rajoy decreta y el Rey firma. Luego ya pasa la apisonadora del PP en el congreso para rechazar todas las enmiendas. Y de qué manera: "los presupuestos son malos pero la defensa de Montoro es aún peor". Lo dijo Rosa Díez, y es verdad. Comienza alabando las maravillas de los presupuestos y los acaba negando. Pero no es solo Montoro, explicando lo inexplicable, también está Ana Mato que no sabe lo que dice ni dónde están esos papeles. No me extraña que no supiera que había un Jaguar en su garaje. Muerto Escrivá de Balaguer se le acabó la inspiración. Algo habrá que cambiar en este país ¿? Los políticos y los banqueros, los malos empresarios y los especuladores que nos llevaron con su despilfarro a esta situación culpables. El pueblo no, el pueblo no es culpable, aunque tengamos que pagar las consecuencias de sus excesos. La cotidianeidad nos ahoga. Los paradigmas nos arrastran al pesimismo y la depresión. Somos una sociedad en permanente riesgo, y lo peor, en estado de extinción.