viernes, 6 de abril de 2012

El Cristo de los tambores

-Si hoy es viernes mañana es sábado.
-¿Tenías que ver amanecer para saber eso?
-No, lo digo porque esta noche es el día del porompopero (no es irrespeto).
-No te entiendo.
-Ni yo, pero eso no te debe afligir.
-Naturalmente.
-Y mañana sacan a pasear al Cristo de los tambores en mi pueblo.

Con la Semana Santa muchos pasan de las procesiones y aprovechan para ir a la playa, viajar, evadirse de la cotidianidad con la loable intención de descansar. Pero no todo el mundo descansa en el día de tambores. Alivio de luto. El cuerpo lo pide a gritos... y el alma lo vocifera. El olvido es vital para seguir adelante. La paz interior estabiliza el estado emocional y ayuda a pensar más claramente. Todo eso es así, siempre y cuando se descansa en paz. Pero la mente activa no siempre nos permite ocuparnos del presente, y vuelve inexorablemente al pasado. Mente alejada de la vida por un día. Locura de amor.

Dale placer a tu cuerpo y paz a tu alma, escucha música, lee un libro (hazle a quien bien te quiere una visita sorpresa). Sé feliz, luna llena celta. Muy feliz.

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