"… antes de maldecirme, que tuvo usted la carne firme, y un sueño en la piel... Señora". El Serrat.
Ante este panorama ético y moral reinante en prácticamente todos los rincones de este país de votantes arrepentidos, qué carajo representa el hecho de que en una playa, y a la luz de la luna, unos jóvenes se reúnan a conversar, y tal vez a cometer algún exceso amatorio. ¡Vaya pecado! Quererse en las playas ya no es legal, y mientras, este país es un inmenso prostíbulo de hipocresía, latrocinio, impunidad y doble moral. (Menos mal que existe Dios, y existe tu mirada, amor. Mientras más se pierde mi país, más se encuentra mi alma en tu mirada).
No hay comentarios:
Publicar un comentario