lunes, 9 de abril de 2012

de soslayo

"de soslayo es el beso tibio de una idea, el sentimiento que emana del corazón a las puertas del silencio... en estas noches tan largas... en este adiós tan imposible. Pero aquí siempre será primavera... y las mariposas vuelan libres".

"de soslayo es tan insignificante ante la realidad que le rodea, que es imposible que en sus decires halla algo favorable que merezca la pena". De acuerdo. En lo que no puedo estar de acuerdo es que se diga que no pone interés en darle un sentido positivo a todo lo que escribe. Las cosas están mal, entonces, haciendo acopio de miles de esperanzas entregadas, intenta convencer al porvenir para que sea más ilusionado y justo. Está harto de permanecer ante una tormenta heterogénea que son causas conocidas en una sociedad que piensa que todo está perdido, que nada merece la pena, y que la vida se ha convertido en una rutina imposible porque las reglas no se cumplen, y la indiferencia ante el caos conlleva a una confusión y a un desinterés que afecta a todos, especialmente a las nuevas generaciones. Culpable la clase dirigente que va pasos por detrás y la propia sociedad. Y los padres, naturalmente. Los ejemplos en el la familia son fundamentales para ennoblecer la dignidad de los jóvenes. No debemos dejar al azar, y menos optar por la indiferencia que solo beneficia a proyectos vanos o ególatras cuyas metas son captadas por aquellos que viven enfrascados en sus tareas rutinarias y no dedican ni un momento de su afanoso día al ocio sano y la reflexión. Es demasiado arriesgado legalizar el "no tiene importancia" porque se puede hacer incontenible. Lamentable sociedad donde por una parte habla de progreso y por la otra de fanatismo. Y luego está el fracaso escolar, la dejadez del intelecto... El asunto pasa por el entretenimiento hueco que se extiende con una facilidad pasmosa nublando el pensamiento de los jóvenes inmaduros y los adultos entumecidos. Mientras no se le de importancia al conocimiento, la sociedad será esclava de si misma... Y la esclavitud de ahora no es como la de antes, ahora no estamos atrapados con cadenas. Son tiempos de maniobras mentales que proporcionan estímulos calculados con los que manipulan a los incautos. Incautos que quedan atrapados bajo la astucia de sectores cuya agilidad verbal y poder económico consiguen sugestionar sutil y directamente el dubitativo razonamiento. Y así no son capaces de observar el abismo detrás de la realidad. El futuro peligra de seguir en este plan. No izamos la bandera de la moralidad, solo estamos copiando vidas amorfas que no tienen un futuro esperanzador. Todo discurso ante la vacuidad, la vulgaridad y las chabacanerías que se están haciendo tan comunes en la sociedad por medio de los diferentes canales no lleva a ninguna parte.

(Les dejo la palabra, damas y caballeros).

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