domingo, 15 de abril de 2012

Miedo al fracaso

Vengo con mi mascota del campo; no me canso: está de pecado la floración del azahar este año. Contemplando el panorama los dos quedamos extasiados. (A dónde querré ir con esta estupidez). Los pájaros volando sobre los naranjos se mueven de uno al otro con total libertad. (Uy, uy). Nada es complicado para ellos en su quehacer diario; están felices y satisfechos por ver amanecer un día hermoso. Se sienten seguros en su ambiente. (Uy). Si me diera por comparan el trajinar de las aves con el del humano ser perderíamos. (Ahora sí: tira). ¿Por qué llevamos tan pesado el equipaje? ¿Cuál es la carga ideal de anhelos, proyectos, bondades, frustraciones, luchas, que podemos soportar sin llegar al agobio? Es evidente: hacemos de la vida un imposible. Vivimos esclavizados por nuestros asuntos inaplazables. El afán de competir es enfermizo, y la búsqueda del éxito impone un peso adicional a la conciencia que es una presión desmesurada. Las insatisfacciones que soportamos si no alcanzamos nuestras metas generaran sensaciones de inconformidad que motiva violencia, conductas desmesuradas e tolerancia. Soportamos más presión de la que debiéramos y eso se paga con el bien más preciado: la salud. Cegados por la ambición, eludiendo los principios éticos, destruyendo los lazos familiares, y pasando de soslayo por una mirada decidora ¿? que el amor que no se ve no se encuentra, ¡oiga!. El excesivo estrés aniquila nuestras capacidades psíquicas y físicas. Y las consecuencias son el rechazo social, y con el rechazo llega la soledad y el olvido, a pesar de que, en muchos casos, nos encontramos rodeados de personas... aduladores según quién seamos que alimentan nuestra vanidad. Se trata de llevar a la reflexión si merece la pena esta desenfrenada vida. Si no hay otras prioridades. Se trata de implicarnos más en los valores que permiten la vida libre de frustraciones. La inconformidad con la vida o lo vivido. La familia. La familia. Los pájaros son más felices. (Y dale). Pero que igual no es importante y lo correcto es vivir al margen de los principios éticos y estéticos, humanos, sociales y religiosos.

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