Conviene hacer lo dicte el corazón sin dejar un leve espacio a la razón, de ser necesario. Conviene poner atención a los impulsos avizores de sus latidos. Sin temor al racionalismo rancio de lo práctico, sin sobrecargar la memoria. Solo la pasión inspiradora de los sueños.
Conviene caminar descalzo por la playa entre las brisas del mar y sus brumas respirando profundo, de ser necesario. Conviene llenar de colores la vida y exigir a la María aventuras. Mirar al cielo para ver como las nubes traviesas retan al sol orgulloso.
Conviene, nos conviene jugar a escondernos en el bosque mientras una ninfa me empujaría hacia ti y yo me rendía a la sombra de tus besos... Acércate a mí, y entrégate al amor, verás como asoman las violetas bajo la hierba.
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