El nacimiento de una amistad siempre nos trae una sonrisa al alma y una luz de esperanza al corazón. Y un abecedario de versos que nos lo engrandece como seres humanos. Un amigo da paz, y si hablo de mí, me sobrecoge... A mi un amigo me intimida. Hoy quiero hablar de un acontecimiento histórico: En estas fiestas navideñas he acrecentado mi cuenta de resultados con un amigo. Bah, alguien puede pensar que el café de mi nueva cafetera (gracias mi niña) me ha alterado los sentidos. O que lo acompañé con un güisqui y estoy borracho. O simplemente es otra mentira. Error. No bebo alcohol. El café de mi niña no me obnubila sino ella, ay. Y mentira, aunque la verdad no siempre me interesa, en este caso es verdad: Palabrita del Niño Jesús. Sin embargo, primero lo tengo que digerir porque no lo creo. "Solo sé que no sé nada", Sócrates. Si fuera una amiga... por decir, su esposa que lo es. Su esposa y yo somos amigos desde hace años, pero de él... ÉL. Parafraseando a Descartes, de lo único que puedo estar seguro "porque pienso", es que a través de un razonamiento de cuatro días, y del asesoramiento de mi esposa que en asuntos de este tipo sabe, en medio de esta debacle de sentimientos aliados, amabilidades, razones que son valederas para echarse a pensar "existo", y he experimentado el nacimiento de un sentimiento de amistad a través de un nuevo amigo.
Todo comenzó en la sobremesa de una tarde en su casa rodeado de su familia. Más allá de los sentimentalismos estúpidos estaba él y su sonrisa limpia bajo la sencillez de la palabra.
-Ayudo a las niñas con los juguetes y luego tomamos café.
-Vale.
-¿Te gusta cómo me quedó el salón con los nuevos colores? He cambiado de colores tres veces: Tu amiga me vuelve loco.
-A la primera pregunta no. Y al comentario por condescendiente es tu problema.
Luego, lo uno llevó a lo otro y los allí presentes nos dimos un baño de empatía. Palabras que supimos transformar en comentarios, experiencias y recuerdos, y algún mal chiste de autor. Es tiempo de pensar para saber que más allá de este mundo con sus problemas financieros comunes hay una luz de esperanza. Es tiempo de vivir compartiendo sentimientos. La familia. La familia. Tengo un nuevo amigo. Todo comenzó: ¡Feliz Navidad!. Lo demás no importa. Menos la pintura, claro, la pintura sí que importa. No me gusta porque son colores muy tristes.
De forma espontánea, sin buscarlo, ahí está !
ResponderEliminarUn cordial saludo
Mark de Zabaleta
Como el buen amor.
ResponderEliminarSalud.