Ya en casa, de vuelta a mi rincón con mi mascota, el mundo lo veo diferente, y pienso en el amor que se ejercita en estas fiestas navideñas; que es creíble, sí, que es real, claro, pero solo de conveniencias. Porque el amor es acción en su espíritu navideño con el Niño Jesús y El Corte Inglés. Uy, qué estupidez, creo que la descompresión ha dañado mis circuitos neuronales. Pues como reza el refranero popular: "no hay mal que por bien no venga"; aprovecharé para llevar a cabo un viejo proyecto. Pido una tregua para cambiar mi conducta. Quiero ser otra persona. Y voy a empezar por deshacerme de cosas inútiles que mi mente va acumulando. Son promesas incumplidas, son malas intenciones. Son trastos rotos e inútiles. Hoy, un año más viejo, por cierto, solo un Ángel me felicito ¿? para que luego digan algunas... En fin, hoy es un buen día para cambiar mis hábitos, mis costumbres y mis maneras. También poneres que guardo como oro en paño y en nada benefician. No hablo de beneficio material sino del alma. Mi mente absurda no puede seguir acumulando más carga emocional inútil. Haré inventario, haré cambios, aclararé ideas: fuera viejos dogmas. Pondré a la venta todo lo que no tenga utilidad. También tomaré el camino de vuelta a casa, he de volver a mis orígenes, a la verdad sin vanidad de otros tiempos, al lugar donde nació la primera palabra en el centro exacto de mi imaginación. Tengo que volver al amor y la santa poesía que un día dejé pleno de malos entendidos. Errores que fueron. Supongo que a pesar de los pesares me recordarán. Quiero hacer cambios urgentes en mi vida. Y ahora que empiecen las Rebajas de Navidad es el momento, porque todo lo mío (yo), si no es de ganga nadie lo querrá. Eso sí, regalar no regalaré, que en su día supusieron mucho para mí.
Pero sin levantarte a las 5 de la mañana. Un pone
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