A los mensajeros del amor, la palabra, la música, la pintura, a todos y todas, decirles que lo que importa es lograr que alguien alcance ese mensaje, tantas veces silente entre los que observan, escuchan, leen o palpan en la oscuridad de un sentir. Sin amor, el humano ser está vacío de vida. Cuando se cultiva la expresión artística, cuando alguien se entrega al mensaje, lleva consigo la paz, aunque la expresión artística que cultive sea trágica, melancólica o triste de morir. Lo cierto es que, cuando alguien se siente tocado por el arte y percibe el amor a través de sus sentidos, y más allá ¿? ese mensaje, se siente capaz de abrir nuevos horizontes y cambiar de actitudes, incluso de sentires, aunque sea por un instante. Aunque sea un imposible. Sentado frente a mi ordenador, oigo a los niños cantar la Lotería de Navidad y también la algarabía de algunos (pocos) que les va tocando y pienso que sería estupendo que tocara a todo el mundo la lotería. Que todo el mundo anda escaso de dinero, pero también anda escaso de amor. Entonces, como a todos y todas no llegará la suerte de la lotería, qué si enviamos un mensaje enamorado. Un mensaje de paz. Qué si somos más sensibles al dolor colindante. Qué si somos más humanos. Por lo expuesto, diría sin temor a equivocarme, que se aprecia por razones diferentes, cómo de una manera instintiva, creamos, nos manifestamos, enviamos mensajes a veces de soslayo, sin querer, pero siempre intencionadamente, para que alguien se fije en nosotros. El asunto es bien fácil: Todos necesitamos de todos y viceversa. Fingir no nos lleva a ninguna parte.
Amb la sensibilitat i estètica de sempre, la pàgina més poètica de la galaxia.
ResponderEliminarFelicitats i ànim.
Marc
Moltes gràcies, Marc, ets molt amable.
ResponderEliminarSalut.