Rajoy es un político caprichoso. Llevo esperando toda la mañana y aún no me ha llamado. Seguro ya tiene elegidos a sus ministros, y sobre todo al de defensa, que dicen los medios que se lo dio a Ruiz-Gallardón y justo era el que yo quería. Yo quería ser ministro de defensa. Me hacía mucha ilusión que me saludara el policía municipal de mi pueblo. Quisiera pensar que aún me queda una oportunidad, quizás en la primera crisis de gobierno, ya que ahora se me adelantó el alcalde de Madrid. Eso, que digo yo que si ya era alcalde de Madrid que bien me podía haber dejado el ministerio para mí. A él ya le saludan los policías municipales, además en Madrid son más que en mi pueblo que solo hay uno. Nunca hubiera pesando que un gallego, Rajoy caprichoso, le negara a un asturiano una cartera ministerial. Pero una cosa tengo clara, corrupto no seré como algunos o agiotista como otros todo para mí. Más que nada, que a mí el dinero sin acuse de recibo también me gusta -los trajes a medida no, soy más de sport-, es porque no quiero que Rosa Díez me ponga a cuarto y mitad. A esa señora yo la temo. Incluso la temo más que a la rubio manchego.
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