No son sus palabras, son las tuyas, y tu falta de interés.
No es su discurso, son tus contradicciones, y tu falta de convicción.
No son sus quereres, es tu sentimiento de ira.
No es su respuesta, son tus razones.
No es hacer públicas nuestras desavenencias; esa es tu decisión no la mía.
No, no es este el camino, tampoco lo es el perdón de los pecados porque nadie es inocente, es la entrega que ponemos en lo que hacemos. Es el entusiasmo.
No piensas y menos escuchas, por lo tanto algo tienes que hacer. Con sinceras intenciones, con determinación, sitúate en ese nivel en el que se puede decir sin temor a equivocarse que has hecho lo correcto... ¿?
Largo es el arte; la vida en cambio corta
como un cuchillo
Pero nada ya ahora
-ni siquiera la muerte, por su parte
inmensa-
podrá evitarlo:
exento, libre,
como la niebla que al romper el día
los hondos valles del invierno exhalan,
creciente en un espacio sin fronteras,
ese amor ya sin ti me amará siempre.
como un cuchillo
Pero nada ya ahora
-ni siquiera la muerte, por su parte
inmensa-
podrá evitarlo:
exento, libre,
como la niebla que al romper el día
los hondos valles del invierno exhalan,
creciente en un espacio sin fronteras,
ese amor ya sin ti me amará siempre.
No estoy pensando, es cierto, estoy sintiendo y cada día siento más cosas; más miserias, más dudas y otras veces alegrías y también tristeza. No sé qué voces escucho, si fueran las tuyas dime cuándo las has soltado ¿Son voces de ahora o son voces del pasado? Si vienen de mi interior, son responsables de este andar confuso, de mi falta de armonía, de mi escasa claridad para romper la niebla, de ese amor sin mí, que siempre te amará...
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