¿Por qué me obligas a escribir si no quiero?

No solo El Quijote nos persigue y la María nos protege, sino también, la Santa Poesía; y una Dama, que es mucho más que una mujer, no se puede rendir. ¿Qué depresión!. Eso es un invento de los psiquiatras para que no los despidan, que las cosas están jodidas, incluso para ellos. Me alegra comentar contigo cuando estás feliz pero no cuando la tristeza te puede y la felicidad te pasa desapercibida. Por tu vocación para la felicidad te lo pido. De tanto mirar de cerca la realidad se te está olvidado ser feliz. Que no te pueda la depresión. Vale que somos hijos del hambre y el olvido, de la pobreza y la explotación, pero es posible -lo digo con prudencia-, que ya lo fuéramos hace muchos años. Con la diferencia que ahora lo sabemos de fijo. Acabaremos algún día con esta situación de desesperación que nos mandó como castigo el maligno de la mano del imperialismo global. Vivimos una realidad que espanta, pero no podemos caer en la exclusión que nos provoca la depresión.

Es la hora de vivir el agradecimiento y el mayor de los abrazos, o el más tierno de los besos; en fin, mi humilde reconocimiento a los que viven con norte y camino. Que aman el andar y el mirar de soslayo a una bella mujer y su cuerpo de pecado sin receso. “Esta tarde llueve, llueve mucho. ¡Y no tengo ganas de vivir, corazón!". Cesar Vallejo.