Ponderando mi amistad con el alcalde (perdón, quise decir con el amigo), Patricia, en el paseo que mantenemos a diario por Les Seniaes (es mi hija, sí, pero a veces quisiera que lo fuera de La Reina de Inglaterra), me dice que quiere ser Princesa de Les Seniaes.
Sobre la relación de los padres con los hijos, alguien debiera escribir un libro gordo, aunque fuera Petete e interpretado por Pérez-Reverte como original. Por el hecho de ser asturiana se cree con derecho a ser princesa, como si todas las asturianas lo fueran. Mi hija es un caso. Un padre nunca puede dejar de ser padre y educar a sus hijos (la María me ampare por lo que acabo de escribir si lo lee o se lo cuentan).
La vida está compuesta de amarguras y reveses, también de alegrías, pero cuando se echa a andar la imaginación la inconsciencia toma decisiones y ocurre lo que ocurre. En serio, le digo a Antonio José que tengo una hija princesa y no me habla más en la vida.
Princesa de Les Seniaes se es por la gracia de Franco o un plan divino, no hay otra manera. Un alcalde no puede, y un padre republicano no quiere. Hoy hemos perdido un tiempo precioso para hablar de cosas que merecen la pena... Lo cierto es que en este momento no se me ocurre ninguna cosa que mereciese la pena comentar (a lo ya escrito me remito), pero haberlas haylas, con perdón.
Sin embargo, y con ello no digo que sí, sino quizá: "solo los hombres y mujeres que persiguen algo imposible alcanzan algún día lo posible". Princesa de Les Seniaes. ¡Mátame camión!.
Si ella se cree una princesa, es porque su madre es una reina.
ResponderEliminarSaludos
Se lo diré, eres muy amable. Muchas gracias.
ResponderEliminarSalud.
Como dicen los españoles, ¡Ole! Y yo agrego: ¡Ole y ole! Con el comentario de Chaly.
ResponderEliminarBeso Rey, (si ella es princesa y su madre reina, tu eres un rey) ¡Dios salve al rey!
Lo dicho: ¡Mátame camión!. Beso.
ResponderEliminarSalud.