lunes, 31 de marzo de 2014

Ocurre que a veces...

Permanentemente estamos tomando decisiones que pueden ser trascendentales en el transcurso de nuestra vida. Las tomamos a pesar de las posibles consecuencias. Lo contrario sería no avanzar y eso no es bueno. Ocurre que a veces, no pensamos en su justa medida la decisión, y cegados tal vez por el amor, nos dejamos llevar... No digo que no está bien dejar que hable el corazón, pero no siempre. A veces hay que tomar decisiones al margen los sentimientos. Nietzsche dijo: "Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos".

Saber qué hacer, mirar nuestros objetivos aún a través de la niebla de un mar y sus brumas es la razón para seguir luchando. Ver a pesar a la oscuridad es una señal de que la decisión a tomar es nuestra... La confianza en sí misma jamás permitirá que nuestro sueño se apague. Evitemos las aguas turbulentas, pero si nos cuesta o no podemos hacerles frente, surfeando por el oleaje se sobrevie a la adversidad de un mar enbravecido o del manipulador implacable que busca lo que es suyo donde no debe. Una amiga me dijo un día: "Nunca te claves en asuntos de pareja que saldrás perdiendo". No es el caso, sin embargo, para quien no se da cuenta que la razón no puede estár siempre de su parte, más que ganador, es un estúpido que no sabe que solo el Dios creador tiene esa facultad. Amén. Y digo amén sin estar convencido de que realmente sea el final. (Ojalá me equivoque).

4 comentarios:

  1. Me quedo con manipulador implacable, muy duras tus palabras para quien llegue a entenderlas, -alguien habra-.

    Prefiero creer que si existe un dios no hay que dejarle todo a el pero en fin, ayer me prometí no "clavarne" en asuntos de dios por aquello de las recochinas dudas.

    Cuidate de soslayo.

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  2. Ese manipulador implacable tiene nombre y apellidos... Beso.

    Salud.

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  3. ... que no somos Montoro... Gracias.

    Salud.

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