¿Quién se resiste a un paseo por la ruta exclusiva de Les Seniaes en una primavera en plena floración del azahar? Hoy hace un día excelente para pecar. Para imitar al sol naciente que no finge, al mar que no simula, a María, la Magdalena, que ama a pesar de no ser conrespondida. Pasear por Les Seniaes es una costumbre genuina a la que no quiero renunciar (a pesar de Patricia y sus decretos).
Con solo una hora de caminar por Les Seniaes en amena conversación (perdóname, amor, te utilizo como recurso literario, si así se le puede llamar. Te quiero), me lleno con la tibieza de los besos que me das y el aroma que el azahar impregna mi todo. (Por favor, recuerda volver mañana).
Pues bueno, ojalá no se le olvide volver mañana.
ResponderEliminarCuidate
No creo. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Tendrás que conformarte con tus dos amigas entonces.
ResponderEliminarEstoy seguro que volverá y tomaremos café y daremos un paseo... Y me contará y yo le contaré.
ResponderEliminarBueno, me parece perfecto.
ResponderEliminarChau