¿Empate con sabor a victoria? hablo de el debate del estado de la nación 2.014.
Confieso que no lo vi. Más que nada porque me tienen muy harto, y además solo se escuchan ellos, los dos grandes, el PP y el PSOE. Es decir... y "tú más" y se van sin escuchar a los demás representantes del pueblo. ¡Qué vergüenza, oiga!.
No lo vi, pero los medios me hicieron un resumen, y lo que más me gustó de sus respectivos discursos es que cabía todo. Me imagino que desde allí arriba las cosas se ven de otra manera. ¡Todo el mundo a callar: habla el presidente!. Y a la tercera amonestación abandonen el hemiciclo. Como en la escuela. Y los más torpes, se equivocan de tecla. Yo los despedía: ganan 6.000€ al mes más dietas y alojamiento y aún se equivocan de tecla. Y son dos, que si fuera un piano... Hablaron los dos y dijeron cosas bonitas que al pueblo no interesan, porque no tiene para comer. Y lo primero es comer. Lo demás, si bueno, bienvenido sea. Nuestra clase política rompe las aguas y quema el barco. Si al menos se atrevieran con el amor de Afrodita para que repartiera besos. La palabra amor es privilegio de los pobres, de los excluidos sociales, los que algún día tal vez lleguen a ser hijos de Dios y María.
Rajoy se le vio muy emocionado cuando su bancada se ponía en pie aplaudiendo sus ocurrencias... presagio que algo puede cambiar a peor. Y Rubalcaba hablando de las calles sembradas de muertos vivientes. El PP aprovecha su mayoría absoluta para gobernar a capricho. ¡Joder, dona, esto es un proyecto para el mal!. Empezaron los dos a debatir de sus cosas que no son las nuestras y acabaron con la paciencia del pueblo. La de los humildes, la del montón huérfanos de justicia y pan. Al pueblo le gustaría que Rajoy rindiera cuentas y dijera la verdad. Sería un buen comienzo...
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