Es martes y aún no amanece: todo sigue igual. La tristeza arrastra la paz del alma hacia metas premeditadas y por medio del hastío somete a ebullición la débil capacidad del razonamiento. Solo aquellos que están alertas ante los desbarajustes mentales se refugian para no caer en las manipulaciones del maligno cuya crueldad no tiene fin.
La paz del alma no ha muerto, aunque la realidad poco ayude en este pedazo de cielo. Algo está echando raíces en mi interior para no ser arrasada por algo más peligroso que un presente ajeno a mi voluntad. Me resisto.
La esclavitud no es solo estar amarrado con cuerdas apretadas y azotado por los latigazos de un amo hasta confesar lo inconfesable, también está el inconsciente que te arrastra con una venda de reflejos dañinos hacia la obediencia de directrices impuestas con sutil felonía.
Anoche vi una rebanada de luna en mi cielo particular, me acorde de mi amigo Emilio y se la quise regalar pero tengo la manía de pensar por los demás y deduje que no le gustaría y mejor pensé en la inmortalidad del cangrejo y me fui a donde no pudiera verla.
ResponderEliminarEsclavitud de sentimientos.
Pertenecemos a una generación reprimida... Beso.
ResponderEliminarSalud.
Oye de soslayo, ¿Que quiere decir mancuerda? Voy a buscar por si te pones cukiy no me contestas.
ResponderEliminarYa vi, ese tormento es muy feo. Cualquiera lo es pero ese también.
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