En la sombra estaban sus ojos
Y sus ojos estaban vacíos
Y asustados y dulces y buenos
Y fríos.
Allí estaban sus ojos y estaban
En su rostro callado y sencillo
Y su rostro tenía sus ojos
Tranquilos.
No miraban, miraban, qué solos
Y qué tiernos de espanto, qué míos,
Me dejaban su boca en los labios
Y lloraban un aire perdido
Y sin llanto y abiertos y ausentes
Y distantes, distantes y heridos
En la sombra en que estaban, estaban
Callados, vacíos.
Y una niña en sus ojos sin nadie
Se asomaba sin nada a los míos
Y callaba y miraba y callaba
Y sus ojos abiertos y limpios,
Piedra de agua, me estaban mirando
Más allá de mis ojos sin niños
Y qué solos estaban, qué tristes,
Qué limpios.
Y en la sombra en que estaban sus ojos
Y en el aire sin nadie, afligido,
Allí estaban sus ojos y estaban
Vacíos.
Jaime Sabines, poeta, falleción el 19 de marzo de 1999.
¿En que lugar, en donde, a que deshoras me dirás que te amo? Esto es urgente porque la eternidad se nos acaba,
ResponderEliminarLeí esto el otro día y me gusto mucho. Sabines me gusta y lo había olvidado.
Gracias por recordarmelo.
Un abrazo de mediodía, ¿Que le voy a hacer?
Marcho pa´misa. Que Dios haga bueno a quien no lo es. Amén. Beso.
ResponderEliminarSalud.
¿Otra vez a misa? Pus si fuiste el domingo, ¿Estas expiando tus pecados? Yo como dice Sabina -cuando te conocí escuchaba mucho a Sabina- Tanto me costaron mis pecados para terminar arrepintiendome de ellos, ¡Nel! O algo así.
ResponderEliminarHoy es fiesta de guardar...
ResponderEliminar¿Fiesta de guardar? E mmm... ¿Es cuando no se puede escuchar música ni ver tele ni hablar de sexo y cosas así?
ResponderEliminarDesde luego comer carne lo sábados no.
ResponderEliminarO era el viernes...
ResponderEliminarNi idea, igual da, no como carne nunca -y cuando digo nunca es nunca y de ninguna ¿Eh?- No por ser vegetariana, es que soy pobre jaja.
ResponderEliminarCreo que los viernes no se come o sepa la bola.
Pues eso. Beso.
ResponderEliminarSalud.