jueves, 27 de marzo de 2014

Una ruina de país

Mientras el PP sigue muriendo de éxitos e incluye en su campaña electoral a los gremios profesiones más desprendidos del país, la oposición cada vez encuentra más problemas para unirse y convertirse en una verdadera opción de gobierno.

Se trata de ganar las elecciones para seguir controlando y acumular más poder a través de sus delegaciones comerciales. Delegaciones comerciales que el PP tiene en cada Comunidad Autónoma para controlar inversiones a porcientos y enriquecer a sus dirigentes. Las necesidades del pueblo nunca fueron una prioridad para el PP. El desamparo del pueblo es total, como el inconmensurable amor en primavera.

Y así un país de un solo partido gobernante con mayoría absoluta y una oposición con vocación para dividirse incapaz de ponerse de acuerdo en lo esencial: Estado del Bienestar. ¿Alguien sabe qué fue de él? Derechos Humanos fundamentales de una sociedad que dejará en herencia a sus hijos solares por construir, campos de golf, urbanizaciones de miles adosados, autopistas quebradas, paro y más paro.
 
Corrupción e impunidad: el pueblo exige control de los poderes e instituciones del Estado con eficiencia, no le hacen falta más informes de bonanzas económicas, ni datos que falseen la realidad; sabemos lo que sabemos porque lo experimentamos cada día en nuestras propias carnes. Todo lo demás no nos interesa.

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