domingo, 18 de mayo de 2014

Un verso disfrazado de duelo

Esta noche mi urgencia era tener una libreta para anotar una idea que invadía mi mente y no me dejaba dormir. Salté de la cama en su busca para escribir mi idea que no era sino tu inspiración. En trance escribí palabras desconocidas para mí. Vivo un sinvivir por tanta injusticia mental. MI mente exiliada carente del abrazo tierno del amor. ¿Qué no daría por un sorbo de tu aliento?

Hoy, poseído por la luz del alba, entro en el espacio donde guardo tu recuerdo y tu figura se mantiene impoluta con tus manos emparedando tu cara. Me vestiste un día con tu alegría y no hago más que repetirme llorando tus lágrimas de ausencia. Digo tus lágrimas que son las mías con una emoción que se repite en mi mente sin oír tu voz que martillando la memoria rítmicamente me acerca cada día a la locura. Te despido un día y apareces al siguiente bailando dentro de mi cabeza. Naciendo en mí cada día.

¡Joder, dona, cuando alejo su mirada del papel, mi piel se arruga y me sorprende la premura de las palabras y me confunden entre las sombras de su cuerpo desnudo que no recuerdo!. Solo sus ojos y su mirada... He dibujado su mirada tantas veces que escurridiza de mi intención se convierte en la mía. Absorto en su recuerdo veo nacer flores por Les Seniaes que son gotas de rocío brotando de sus ojos y de sus brazos resbalando las hojas, y sus piernas que son las raíces. (Su ausencia sigue siendo dueña de mi universo).

8 comentarios:

  1. Que bonito, como dicen los que no saben que decir.

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  2. Muchas de nadas.

    Buenas lo que sea que ahora sean.

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  3. No te extraño: nunca te has ido. Ni te irás de soslayo. Beso.

    Salud.

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  4. Bien me conoces. Ya decía yo el por que no me buscabas.

    Sea pues, disfruta el dia y la vida y el amor y todo eso de lo que hablan los poetas.

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  5. Haré todo lo que me dices... creo que podré.

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