"Venid y vamos todos con flores a porfía con flores a María que Madre nuestra es". Mayo es el mes de las flores.
Mayo es el mes de las flores para todo el mundo, pero con recato, oiga, no vayamos a acabar con ellas que son muy hermosas. Mejor sería ir con un poema a María, una carta, unas agradecidas palabras por el bien de todos y todas. A todas las mujeres, no solo a las Marías, cada día más infravaloradas por el hecho de ser mujer. Salud. Paz y amor. La poesía explica, enseña, da aliento al menesteroso, y también calla y escucha, y si alguien es susceptible de perdón, perdona. El perdón se merece o no.
Mayo es el mes de la mujer. La mujer que enseña, la que calla, la que escucha, la que ama. La mujer que siempre entiende no descansa, apacienta, calma y alienta.
De una mujer hermosa tengo dicho que, virgen o no, es una dama fuerte y defensora de los amantes, y la más compasiva ante el dolor; que todo lo da sin esperar nada a cambio. Aquella a quien Dios hizo inmortal sin quererla colmándola de esperanza.
Mayo es el mes de quien sin ningún interés ayuda a alcanzar los más altos sueños sacrificando los propios. Mayo es el mes del desamor. De María Magdalena. De la Malquerida de Jacinto Benavente. Una mujer publicó un póster que eternizó en un legado de amor. Tal vez una promesa haya echado a andar...
Mayo mes de las flores., de ofrecer flores a la virgen. Un sueño infantil no realizado.
ResponderEliminarEn las fiestas de mi pueblo vestían a las niñas de blanco, les ponían un velo en la cabeza y le llevaban flores a la virgen. Yo quería ser de esas niñas, toda bonita, de blanco y con mi ramito de margaritas y claveles en mis manos arrodillada ante la virgen pero era tan pobre que nunca pude ofrecer mas que mis rezos infantiles. Caray, un sueño sin cumplir.
Por cierto desde hace rato que te leí no puedo dejar de cantar esta cancion:
ResponderEliminarTanto pasar y pasar,
tanto pasar por aquí,
los huaraches se me acaban de buscar a mi Maria,
Maria, Maria, mariquita mía.
Ya se cayo el arbolito
donde yo me divertía,
donde pasaba las tardes platicando con mi Maria,
Maria, Maria, mariquita mía...
¡Aww, lloro!