Estos eurodiputados y eurodiputadas que botamos (afuera) el domingo para que difundieran la Marca España no se ponen de acuerdo con sus equivalentes para nombrar un jefe, un presidente o lo que sea. Saturados de conflictos en sus partidos políticos, no saben a quién votar. Uno que si no y otro que si tampoco. No es por dar ideas: ¿por qué no una mujer? Ponga una mujer en su vida y solucionado el asunto. Son intereses de derechas e izquierdas, de entremedias y extremos que inquietan. La desemejanza en la política que tanta falta nos hacía.
Se tienen que poner de acuerdo, entonces que pierdan todos un poco y que prime la racionalidad y el bien común. Hay que estar dispuestos a entregarse por una Europa de urgencias con un euro por las nubes. (BCE, Draghi, no se entera, el dólar nos está desvalijando). Europa vale un sacrificio con visión imperturbable.
Ser ecuánime permite el entendimiento necesario, implica sabiduría para momentos difíciles: corren malos tiempos. Lo contrario sería mediocridad del comportamiento que hace estragos. Ego insolente; es cuestión de educación: ¡Por una Europa unida!. Y un euro al alcande nuestras expectativas exportadoras.
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