Sentado en mi sillón con luz tenue de un pabilo calado de aceite, leo al poeta Ángel González y me imagino desfilar en el silencio por las páginas de su libro de poemas donde su impronta ha dejado a los amantes de la vida un recuerdo indeleble. Ángel González, poeta, cuantas veces me ha hecho sentir en la oscuridad de la noche las buenas madrugadas. La mágica luz de las estrellas que gotean el incesante polvo del camino. Poeta Ángel González, sembrador de letras, anota con esmero virtuoso la cascada de mis suspiros y mis fecundas inquietudes.
"Alga quisiera ser, alga enredada".
Alga quisiera ser, alga enredada,
En lo más suave de tu pantorrilla.
Soplo de brisa contra tu mejilla.
Arena leve bajo tu pisada.
Agua quisiera ser, agua salada
Cuando corres desnuda hacia la orilla.
Sol recortando en sombra tu sencilla
Silueta virgen de recién bañada.
Todo quisiera ser, indefinido,
En torno a ti: paisaje, luz, ambiente,
Gaviota, cielo, nave, vela, viento…
Caracola que acercas a tu oído,
Para poder reunir, tímidamente,
Con el rumor del mar, mi sentimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario