Suspiros tristes, lágrimas cansadas,
que lanza el corazón, los ojos llueven,
los troncos bañan y las ramas mueven
de estas ramas a Alcides consagradas;
Más del viento las fuerzas conjuradas,
los suspiros desatan y remueven,
y los troncos las lágrimas se beben,
mal ellos, y peor ellas derramadas;
Y aún de mi tierno rostro aquel tributo
que dan mis ojos, invisible mano
de sombra o viento me lo deja enjuto,
porque alquel ángel fieramente humano
no crea mi dolor, y así es mi fruto
llorar sin premio y suspirar en vano.
Luis de Góngora, poeta, falleció el 23 de mayo de 1627
Este poema esta como yo ahorita, lloro y lloro con mi rostro enjuto.
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