De un tiempo a esta parte una amiga sospecha que lo que escribo va en contra de sus intereses y me trata de usted... Como mi esposa el sábado que tuvo una cena con sus amigas del alma y a las cuatro de la mañana llamó a la puerta: oiga, usted, ¿sabe dónde vive Carmen?
¿Ofende lo que se dice o escribe o cómo se tome? A mí que nadie me mire pues soy la palabra que se observa de lejos y la vista no alcanza a verme. No soy diferente a otros, pero si no se me mira a través de mi ojos no se me encuentra... Para todos y todas soy un espejismo. Sé que a pocos intereso, pero en mi favor quiero decir que soy feliz con lo poco que tengo y no aspiro a más. Que mi mirada no distorsiona la luz que proyecta el nuevo día y que amo a quien me quiere. ¿Qué más puedo pedir sino salud para seguir el día de cerca? Y escribir para que alguien en un descuido entre en de soslayo y me llegue a querer? Solo me mueve el amor.
Manos blancas no ofenden...
ResponderEliminarSaludos
Eres muy amable. Gracias.
ResponderEliminarSalud.