miércoles, 14 de mayo de 2014

La vida es un pañuelo

Ayer acompañé a mi esposa al médico. Nada importante, gracias. Y en la sala de espera, ¿sabes qué, tío? que diría la niña Atenea, me encontré con mis dos Damas sin poesía: La que vela mis sueños y la que no me deja ir. Como lo cuento. Pero hay más, como era martes y trece estaban comprando un cupón de la ONCE... ¡Hay que joderse, dona!. Para que te fíes de la ciencia. Vivimos en un mundo de apariencias y vanidades. ¿Y ahora? Resulta que son amigas y tienen puestas sus esperanzas en la suerte. ¿Hablarán de mí? Esa es otra. Alguna lectura he de sacar de este fortuito encuentro. Ellas no me vieron pero yo sí a ellas. Econtrarnos en la sala de espera, el verlas juntas y comprando un cupón de la ONCE me hace desconfiar de ellas. Yo les abro mi corazón. A cada una uno, evidente. Pensarán que tengo dos corazones o la mente dividida. Eso fijo. ¿Y qué será peor? Ya nada podrá ser igual entre nosotros. Tengo la sensación que al verlas juntas me encontré a mi mismo. Ellas saben todo lo que les cuento; quizá sepan quién soy. ¿Tendré que dejar de escribir, preguntarles quién soy y dedicarme a otra cosa? Trabajar sería un error, escribo para conocerme y porque teclear es lo más descansado que puedo hacer. Los dedos le dan solos al teclado sin esfuerzo por mi parte, ni a pensar siquiera me obligo. Diría sin temor a equivocarme que hoy es el principio del fin. O que tengo que buscarme una nueva identidad. ¿Quiere eso decir que de ahora en adelante viviré al margen de la ley? Así jamás podré progresar y menos trascender. En los años altos, cuando parecía que todo estaba escrito, tengo que reeditar mis memorias. ¿Y ahora quién seré? ¡Joder, dona!. ¿Pensar, aunque sea de manera errónea es preferible a no pensar? El padre del Racionalismo, René Descartes, dijo: “Cogito, ergo sum” (pienso, luego existo). Saldré a la calle y con la primera persona que me encuentre seré ella: le sonreiré y en un descuido le robaré su personalidad. Solo le pido a Dios que no sea la vecina chismosa. O tú, ¿qué sería de mí sin ti?

14 comentarios:

  1. ¿Y el comentario tan bonito que escribí a las ocho de la mañana?

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  2. Solo llegó las buenas madrugadas que contesté.

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  3. Mande otro desde hace rato. Voy de nuevo.

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  4. ¿Que seria de mi sin ti?
    ¿Que seria de ti sin mi?

    Me subí a la silla dos veces y no me caí ¡Gracias dios! Me di un santo madrazo -perdon- en la mano pero sigo viva.

    Chido, ¿No?

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  5. Ahora espera, subiré el tocadiscos, no me distraigas pa" que no me tropiece.

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  6. Yo se yo se, y tu eres un poeta y ya, no empecemos a echarnos flores. Los dos somos un amor y no se diga mas.

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  7. Uchalas, yo siempre me voy por otro lado, quizá entonces hablamos distinto idioma.


    Buenas...

    (me voy, me duele mucho la cabeza)

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  8. Buenas madrugadas. Lo siento. Beso.

    Salud.

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