jueves, 9 de agosto de 2012

Te llamarán

-No me llamarán.
-Te llamarán.
-¿Tú crees?
-Yo sí.
-Estamos en agosto y ya eligieron a los trabajadores para la temporada y a mí no me llamaron. No me llamarán.
-Yo creo en la palabra dada. Te llamarán.
-Los tiempos han cambiado, y las personas, y de lo que vale la palabra dada ni hablamos. Además, pregunto a unas y otros y me dicen que entró mucha gente y yo no. No me llamarán.
-Te llamarán.

Hay quien quiere trabajar y no la llaman. Le dijeron que la llamarían en mayo, luego en junio, julio, agosto... y no la llamaron. Cree que el tiempo corre en su contra. A veces nos enfrentamos al sufrimiento sin considerar la espiritualidad (la sensibilidad y los sentimientos con abandono de lo material). Vemos el baso sin agua, ni medio lleno ni medio vacío, sin agua. Y nos desanimamos.

Imaginémonos que estamos en el desierto. Aún si estuviésemos en las peores circunstancias, agotados y muriéndonos de sed, la espiritualidad nos marcaría la diferencia, y podríamos pensar más claro y sentirnos mucho más fuertes ante la adversidad. Podríamos pensar que no todo está perdido. Fortaleza espiritual. Siempre hay un motivo que desconocemos para que las cosas no salgan como deseamos. Cultivemos la espiritualidad para ver más allá de lo que tenemos de inmediato. (Nada ocurre por casualidad).

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