jueves, 16 de agosto de 2012

Muchas fechas señaladas, demasiadas tal vez

Mañana será mi cumpleaños. Esta es una noticia que tal vez debiera comentar. Pero cumplir años es algo personal. No sé. A mí no me preocupa cumplir años, a pesar de que ya evito los espejos. Ay, dona, echo en falta mi juventud (y a ti, mañana hará un mes que te has ido). Quizá me preocupe ser un año más viejo. Cumplir años no es una buena noticia, al menos en los años altos de la vida.
 
¡Qué carajo!, cumplir años no es una noticia ni buena ni mala, cumplir años es una estupidez. Mañana será mi cumpleaños, y como viernes, será de fiar o no; además, hablo en serio, creo que no debiera cumplir más años: cada año que pasa me considero más insensato, no estoy a la altura de los años que tengo. A mi edad debiera ser más cabal, más responsable. A simple vista se pudiera decir que represento la edad que tengo, pero no a cuanto solvencia intelectual, la pericia que debiera tener y no tengo. Pero hay más, mañana tenía pensado, porque precisamente hace cuatro años, reiniciar una andadura literaria, retomar un proyecto bien hermoso, pero a quien corresponde no le vino bien y como el gobierno se fue de vacaciones: "muerto el perro se acabó la rabia".

¿Y qué si pospongo mi cumpleaños hasta que resuelva todos mis asuntos?
  
En mi existencia he pasado por momentos de todo tipo y factura, y tengo que reconocer que he sido bendecido por la vida para ver crecer mis canas, para que las risas y las lágrimas hayan hecho surcos en mi piel y sentirme orgulloso por ello. A pesar de que a veces me ha faltado la valentía de decir no cuando quería decir no.

Decidido queda: no pienso posponer mi cumpleaños. Tampoco quiero ser más responsable de lo que soy. Viviré el tiempo que me queda intentando ser libre, será mi única opción. Mañana cumpliré años a pesar de todo y de ser más viejo: me he ganado el derecho a equivocarme sin miedo a las consecuencias. Y más, considerando que no voy a vivir en este mundo para siempre, mientras esté en él, no voy a perder el tiempo contándole a nadie lo que pude haber sido y no fui. A partir de mañana solo mi propio criterio ordenará mi vida
 
Cuando uno es viejo y cumple años, daría lo que no tiene para que una dama le regalase una rosa... Ay, dona, si ella supiera... que también es su cumpleaños. Como se ve, y qué bueno sería, que lo importante es estar siempre dispuesto a vestir pantalones largos a cualquier edad. A propósito, ¿irías ciega de pasión a pedirle al dios de tu creación una rosa para saldar tu deuda conmigo; roja si aún existen? El café y las pastas corren de mi cuenta.

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