Sir Rabindranath Tagore, dijo: "Es fácil hablar claro, cuando no va a decirse toda la verdad".
El principal instrumento de comunicación es el lenguaje. Sus posibilidades de expresión combinan la condición esencial para entenderse con sus congéneres y para mejor acceso a la cultura que comparten. El lenguaje se libera a través de la palabra. Palabra que a veces cautiva de emoción, incluso llega al corazón. Palabra de amor. Para enamorar el dominio del lenguaje es determinante. Amor y poesía. Pero también los gestos enamoran, "el lenguaje de los gestos". Y el silencio. Hay quien sostiene que el silencio es un lenguaje superior. Sea como fuere, el lenguaje, y su instrumento la palabra, son patrimonio de la humanidad.
El objetivo del lenguaje no es dificultar la comunicación, sino enriquecerla. Por eso, cada persona debe conocer sus particularidades y ser capaz de aplicarlas con los humildes en el corazón. La literatura (arte que emplea como medio de expresión una lengua), a veces nos somete a malas interpretaciones, conflictos de entendimiento, funestos procesos sociales que obstaculizan la comprensión armoniosa.
Cuando el lenguaje se vuelve interesado y confuso, no asume la comunicación con prudencia, y la palabra se desbarata cuando tiene que explicar, porque se describe a sí misma y sentencia su acción, identidad, rol, pasión, conciencia, represión, compensación, norma, límite, personalidad y originalidad de manera vanidosa. No es la palabra que asume la comprensión de la comunicación. La comunicación sin comprensión no es apenas; sin la comprensión de todos los conceptos del lenguaje es imposible acceder a las formas evolucionadas de la reflexión. Quien no tiene capacidad de reflexionar sobre lo que dice el lenguaje carece de la facultad para relacionarse. La persona debe tener una idea clara de las leyes que lo rigen, ha de saber que toda comunicación encierra siempre un contenido y unas formas. Sin embargo, la palabra no es suficiente, y conviene aceptar otros argumentos para comprender la realidad que se refleja quizás en una mirada de soslayo.
Atiende, fíjate bien, que por la margen derecha del río, al alba, todos los días sale el sol. Entonces, la buena noticia de cada día es que amanece. Y lo hace siempre después de la oscuridad de la noche. Como nunca tanto llovió que no parase, nunca dejará de amanecer... Y de salir el sol que logra que un día sea distinto a otro. También con el nuevo día salen bandadas de pájaros a festejar la nueva luz y la brisa mañanera. Atiende, fíjate bien, si es que puedes, en el río y su tranquilad. Atiende, fíjate bien y presta atención: hoy es viernes de fiar, y no debes darle importancia si llevará o no tu nombre de mujer: cosas por suceder, alguna búsqueda, aspiraciones sentidas, triunfos, fracasos, derrotas colectivas. Atiende, fíjate bien, cierra los ojos, respira hondo y convendrás conmigo que la vida merece al menos un verso sentido. Duerme, y déjame entrar por la margen izquierda del río, sed de la belleza.
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