Llevo una semana con un desasosiego tan grande, que llegué a pensar que me habían borrado de la lista de amanecer el día siguiente. Y en estos días que los políticos están en sus lugares de vacaciones tan agutito me sentí indefenso; era tal mi situación, que me llevó a compartirla con Eugenio, sabio entre los vivos.
-¿Qué te ocurre?
-No sé, buen amigo.
-Cuéntame lo que sientes...
-Y le conté lo que sentía...
-No sigas: tengo que reconocer que el mundo es injusto contigo, pero cambiarlo a estas alturas de la vida sería contraproducente. Las cosas son así y nada se puede hacer para cambiarlas. Lo cierto es que no ha llegado tu hora, sino la del fúrtbol. El domingo empieza la liga fúrtbol. Eso es todo.
-Entonces me quiero morir...
-No, hombre no, si esto pasa...
-Qué va a pasar, si no pasó la del año pasado y ya está de nuevo la de éste. Se amontonan.
-No te mueras, o al menos espera que Rajoy te mate a disgustos. No queda res.
A veces, ante el desasosiego, faltan las palabras... Sin embargo, en momentos así, sobran las palabras. La Maria me de fuerzas. Su fortaleza me llegará, lo sé. De momento, buscaré un simple abrazo acompañado de un estoy contigo para lo que necesites. Las amigas estamos para eso. Seré tu consuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario