jueves, 2 de agosto de 2012

Eugenio, y sus razones para estar triste

Eugenio me dice que hoy nos jugamos mucho en Europa. Me habla preocupado de la reunión que tendrán Rajoy y Monti en La Moncloa. Que comerán juntos y hablarán de sus asuntos: asuntos comunes, problemas de deuda, de riesgo, de credibilidad, de haber hecho las cosas mal y cómo remediarlo. También me habla de la reunión que hoy tiene el Consejo de Gobierno del BCE, donde se decidirá las medidas que Mario Draghi anunció acerca de comprar deuda de Italia y España para defender el euro. El caso es que Draghi, según Eugenio, habló sin consultar con la Canciller Ángela Merkel y no sabe si se atreverá a decepcionarla. Y se remite a sí mismo a mañana cuando suba o baje la prima de riesgo y la Bolsa para saber.

A mi buen amigo Eugenio le aconsejo que es malo para su corazón pensar en estas cosas, creo que nunca le vi tan desanimado. Lo que tenga que ser será, y nosotros como país no lo podemos impedir. Desde luego, si conseguimos algo se lo deberemos a Mario Monti, porque Rajoy no sabe no contesta. A Rajoy lo veo también muy desanimado y desmejorado. Le vendría bien unas vacaciones de toros y paseos al atardecer en Xanxeso con su familia. Y por la noche al Casino de La Toja. A Rajoy da pena verlo. Sus asesores no le dan de comer.

Eugenio me confiesa que le gustaría reunirse con Rajoy y sus ministros para recordarles lo que saben pero han olvidado: su programa electoral, el mismo con el que ganaron las elecciones. Además les explicaría lo que es la ideología política, la palabra dada. Los valores. Y a Gallardón le hablaría de religión. Enfadado dice que abriría las ventanas para que entrara el aire de la calle y oyeran el clamor del pueblo. Les diría que la cuenta de resultados humana importa más que la económica. Y les dejaría claro quién les paga el sueldo.

Entristecido me dice que la irresponsabilidad se ha hecho dueña del país. Que la política que se practica es insensible a los problemas ciudadanos. Que el gobierno rechaza cualquier compromiso de ayuda a los más débiles. Ni quiere tratar con los representantes de los trabajadores. Me recuerda que Rajoy se reunió con los sindicatos una vez desde que es presidente de gobierno y fue para preguntarles de qué habían hablado con la Canciller. ¡Hay que joderse!, -exclamó enfurecido-, los sindicatos se reunieron antes con la Merkel que con Rajoy. Dice que Rajoy practica la coartada política y el cinismo. Que solo respeta a los poderosos de la UE. A los dueños del euro.

Me apena ver a Eugenio tan triste, solo se hace daño a sí mismo. Si llegamos al viernes, y es viernes de fiar, el domingo le iré a buscar e iremos juntos a misa. Y rezaremos: tal vez Él nos desvele la verdad.

Mahatma Gandhi dijo: "Uno debe ser tan humilde como el polvo para poder descubrir la verdad".

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