Que las susodichas ausentes de ayer no crean que me he olvidado de ellas. No, no señoras mías, no, para nada... Solo espero la ocasión que crea conveniente para volver a volver, a la verdad y al olvido. Que si la amiga ida, que si la ilusión perdida. Que la María os coja confesadas... (Esto es una amenaza. Así que no será por las buenas).
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