martes, 6 de mayo de 2014

Los sueños de una amiga

Una amiga dice que sueña y está confiada en alcanzar la mayoría de sus sueños. Vale, prudente, no le quiero llevar la contraria, pero si no duerme, porque no duerme, malamente soñará. A no ser que sueñe despierta, que entonces...

Si hay algo que no entiendo ni tiene sentido en esto de soñar, es que cuando estás a punto de alcanzar el más hermoso despiertas y se te cae el alma a los pies, o pones los pies en el suelo, si es lo mismo. Y se te queda una cara... Entonces recojes tus alas de príncipe o de enamorado correspondido y te vas a trabajar o a lo que sea. ¡Joder, dona, eso sí que es triste de morir!. Alguien debiera impedir despertar hasta no alcanzar el sueño al que dedicaste gran parte de la noche. Soñar es un vuelo al infinito y exije unas coordenadas precisas que no están disponibles en el mercado. Yo, por el Sabina sé, que existe el mercado de los sueños rotos, pero el mercado de las coordenadas para alcanzar los sueños más hermosos no sé. Quizás exista pero no sé. Y si digo que no sé no sé. Me duele tanto empezar lo que nunca acabo... Tal vez a mi amiga le pasa igual. Estamos cortados por el mismo patrón, nos diferencia solamente la música, ella es más de esa música que nadie entiende, de gritar, como la enlatada que me vuelve loco en las fiestas de mi pueblo.

1 comentario:

  1. Soñar, yo sueño poder dormir toda una noche completa sin que el amanecer me encuentre con los ojos cansados de buscar el sueño.

    "Me duele tanto empezar lo que nunca acabo"... Igual, yo nunca termino nada. Ni siquiera puedo terminar de soñar, en realidad ni siquiera puedo empezar a soñar, probablemente esa sea la causa de mi amargura. Virgen de la Amargura, diría Sabina.

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