martes, 28 de febrero de 2012

Y dale con la política

"Aunque no te ocupes de la política, ella se ocupará de ti". Yves Montand

La paloma blanca con una rama de olivo en el pico es el símbolo de la paz. Pero como todo cambia, hoy en día la paloma podría ser un "pájaro de acero". Los libros nos enseñan el buen camino y los políticos el malo. Parece que podemos elegir... Pero no, no podemos. Pongo el ejemplo extremo de la guerra porque es la manera más rápida de destruirnos, pero vale cualquiera otra opción política por lenta que sea. Los partidos políticos debieran ser la esperanza de un país. Antes estar afiliado a un partido político era un privilegio, porque era entendido como un gesto patriótico. Una demostración de estar en disposición de hacer de un país una patria. Donde la lucha ideológica era frontal; donde la ideológica delimitaba los espacios del pensamiento en cada estructura política; donde el principal valor a ser protegido desde el estado eran los derechos del ciudadano. Entiéndaseme: "Oportunidades para todos". "En cada esquina una escuela y en cada casa una biblioteca". "Mejorar lo sustancial y en lo esencial la salud". "La revolución del campo, reforma agraria, y la tierra para quien la trabaja. Expropiar a aquellos que la posean y no la cultivan". Estaba definido el propósito: "Con la tierra sembrada no habría hambre". Era la consigna: "Nadie moriría de hambre".

Los señores dueños de los partidos políticos han acabado con cualquier signo de esperanza. Van a lo suyo, sí, y lo suyo es favorecerse a la vez que favorecer a los más ricos con una visión clasista de la sociedad. Las ideologías políticas han muerto... A fin de cuenta, de manera categórica, ahora lo que importa no es el medio sino el fin: Alcanzar el poder y después ya veremos que dijo el ciego. (Échese un vistazo a este Estado fallido y se verá que todo es cierto).

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