sábado, 25 de febrero de 2012

Querer es poder decir no quiero

Algunas experiencias no son más que falsas creencias. Creíbles a primera vista, curiosas tal vez, pero mentirosas. Sin embargo, no se debe en momento alguno restar importancia a una experiencia por fantástica que parezca... No se debe creer, pero sí poner atención y tratar de no dejar escapar ningún detalle, porque muchas personas protagonistas de nuestro entorno son un lamentable error. El humano ser cree en muchas cosas, demasiadas quizás, y fácilmente asoma el miedo a lo desconocido. El miedo que infunde miedo. El miedo a veces provoca temor inmediato por tan solo salir a la calle. Incredulidad extrema descubrir que nuestro mundo constituye falsas experiencias. El miedo no puede polarizarse, se ha de tener sagacidad para atrapar los detalles que lo provoca. Dominar el miedo no es nada fácil. Y más porque a veces aparece acompañado del maligno y es el acabose. Amén. Y aquí no valen oraciones ni plegarias. Eso sí, podemos decir no: Querer es poder decir no quiero. Cuando un mal, fenómenos anómalo o lo que sea aparece, conviene reaccionar antes de que aparezca el miedo... o el pánico que es más. En los tiempos que vivimos estos fenómenos son el pan nuestro de cada día: tengo pruebas. Ante tales fenómenos mejor pasar de las experiencias y vivir el día con precaución para no caer en el engañado con falsas esperanzas. Esperanzas que son fantasías de los que dicen ser confiables. No me canso: Querer es poder decir no quiero. (Por muchos cantos de sirena que escuches soy fiel. Fiel, aunque esté lejos... aunque solo me leas de noche soy fiel. Fiel, como nadie es fiel a nadie).

No hay comentarios:

Publicar un comentario